martes, 31 de julio de 2012

MACRI ¿Dónde está el amor al prójimo?


Macri organiza un evento y presenta a Buenos Aires como  “Capital Mundial del Amor” con mineros chilenos y Ravi Shankar. El discurso de Macri está programado para el primer día de Fevida2012 y llevará como consigna “El Amor a lo Público”. 
Hay dos amores –entre tantos otros- que menciona la Biblia y en ambos yerra al blanco Macri. Dice La Palabra que “raíz de todos los males es el amor al dinero” (no el dinero, sino el amor al mismo) y  en el accionar privado y público claramente se manifiesta que “ama al dinero”. El otro amor que referenciaba al principio, es el “amor al prójimo”. Y en esto también peca Macri porque no ama a su prójimo, a su próximo. En su accionar en el Gobierno de la Ciudad, en el trato a los internados del Borda sin gas, en las palizas de la UCEP a los indigentes, en el desprecio a los necesitados, en el cierre de los grados de los colegios primarios de la Ciudad, en esto y mucho más puedo afirmar que Macri carece de amor al prójimo.
Le afano parte de la frase de Fito Paez y categóricamente digo “Macri, me das asco”

domingo, 29 de julio de 2012

Guillermo Prein DEBEN CONVERTIRSE AL CRISTIANISMO


Posted: 27 Jul 2012 08:37 AM PDT

Se cumplen hoy 60 años de la partida de la mujer más amada y odiada de la Argentina.
Mucho se ha dicho sobre ella a su favor y en su contra.
Crecí en el seno de una familia antiperonista, pero profundamente respetuosa de su persona y labor, aunque crítica de sus formas...
Quizás por mi llamamiento al ministerio cristiano y haberme enfrentado a las hipocresías y atrocidades que ella enfrentó, puedo entender sus formas.
Siempre admiré el hecho que una joven de 26 años, con todas las veleidades propias de una actriz, abrazara con tal pasión su vocación por la gente en lugar de dedicarse a disfrutar los favores de ser esposa del presidente más popular que la Argentina haya tenido.
Quisiera que sin juicios previos ni apasionamientos puedan leer estas palabras que son parte del último escrito, cuando ya en 1952, sus días terminaban.
Leé con la razón y dejá que baje a tu corazón.
No soy peronista, nunca lo fui, por entender controversias internas inexplicables.
Soy Pastor, mi lugar en la vida es estar al lado del pueblo.
Hablo, pienso, trabajo y vivo para él con una pasión que, en los 33 años que sirvo a JESÚS y a la gente, ha ido en aumento de una manera descomunal, al punto de poder decir que, si no hiciera lo que hago, mi vida no tendría sentido.
Por eso, me siento tan identificado con estas palabras de Evita y elegí una fotografía donde con mirada pícara parece expresar complicidad...
Solo espero que más allá de todo posicionamiento o ausencia de él, este mensaje despierte en tu alma lo mismo que despierta en la mía.

Guillermo Prein

LAS JERARQUÍAS CLERICALES
Entre los hombres fríos de mi tiempo señalo a las jerarquías clericales cuya inmensa mayoría padece de una inconcebible indiferencia frente a la realidad sufriente de los pueblos. Declaro con absoluta sinceridad que me duelen como un desengaño estas palabras de mi dura verdad.
Yo no he visto sino por excepción entre los altos dignatarios del clero generosidad y amor... como se merecía de ellos la doctrina de Cristo que inspiró la doctrina de Perón.En ellos simplemente he visto mezquinos y egoístas intereses y una sórdida ambición de privilegio.
Yo los acuso desde mi indignidad, no para el mal sino para el bien. No les reprocho haberlo combatido sordamente a Perón desde sus conciliábulos con la oligarquía. No les reprocho haber sido ingratos con Perón, que les dio de su corazón cristiano lo mejor de su buena voluntad y de su fe. Les reprocho haber abandonado a los pobres, a los humildes, a los descamisados, a los enfermos, y haber preferido en cambio la gloria y los honores de la oligarquía.
Les reprocho haber traicionado a Cristo que tuvo misericordia de las turbas. Les reprocho olvidarse del pueblo y haber hecho todo lo posible por ocultar el nombre y la figura de Cristo tras la cortina de humo con que lo inciensan.
Yo soy y me siento cristiana. Soy católica, pero no comprendo que la religión de Cristo sea compatible con la oligarquía y el privilegio.
Esto no lo entenderé jamás. Como no lo entiende el pueblo.
El clero de los nuevos tiempos, si quiere salvar al mundo de la destrucción espiritual, tiene que convertirse al cristianismo.
Empezar por descender al pueblo.
Como Cristo, vivir con el pueblo, sufrir con el pueblo, sentir con el pueblo.
Porque no viven ni sufren ni sienten ni piensan con el pueblo, estos años de Perón están pesando sobre sus corazones sin despertar una sola resonancia. Tienen el corazón cerrado y frío.
¡Ah! ¡Si supieran qué lindo es el pueblo, se lanzarían a conquistarlo para Cristo que hoy, como hace dos mil años, tiene misericordia de las turbas!

LA RELIGIÓN
Cristo les pidió que evangelizasen a los pobres y ellos no debieron jamás abandonar al pueblo donde está la inmensa masa oprimida de los pobres.
Los políticos clericales de todos los tiempos y en todos los países quieren ejercer el dominio y aún la explotación del pueblo por medio de la iglesia y la religión.
Muchas veces, para desgracia de la fe, el clero ha servido a los políticos enemigos del pueblo predicando una estúpida resignación... que no sé todavía cómo puede conciliarse con la dignidad humana ni con la sed de Justicia cuya bienaventuranza se canta en el Evangelio.
También el clero político pretende ejercer en todos los países el dominio y aún la explotación del pueblo por medio del gobierno, lo que también es peligroso para la felicidad del pueblo.
Los dos caminos del clericalismo político y de la política clerical deben ser evitados por los pueblos del mundo si quieren ser alguna vez felices.
Yo no creo, como Lenín, que la religión sea el opio de los pueblos.
La religión debe ser; en cambio, la liberación de los pueblos; porque cuando el hombre se enfrenta con Dios alcanza las alturas de su extraordinaria dignidad. Si no hubiese Dios, si no estuviésemos destinados a Dios, si no existiese religión, el hombre sería un poco de polvo derramado en el abismo de la eternidad. Pero Dios existe y por Él somos dignos, y por El todos somos iguales, y ante El nadie tiene privilegios sobre nadie. ¡Todos somos iguales!
Yo no comprendo entonces por qué, en nombre de la religión y en nombre de Dios, puede predicarse la resignación frente a la injusticia. Ni por qué no puede en cambio reclamarse, en nombre de Dios y en nombre de la religión, esos supremos derechos de todos a la justicia y a la libertad. La religión no ha de ser jamás instrumento de opresión para los pueblos. Tiene que ser bandera de rebeldía. La religión está en el alma de los pueblos porque los pueblos viven cerca de Dios, en contacto con el aire puro de la inmensidad.
Nadie puede impedir que los pueblos tengan fe. Si la perdiesen, toda la humanidad estaría perdida para siempre.
Yo me rebelo contra las "religiones" que hacen agachar la frente de los hombres y el alma de los pueblos. Eso no puede ser religión. La religión debe levantar la cabeza de los hombres. Yo admiro a la religión que puede hacerle decir a un humilde descamisado frente a un emperador: "¡Yo soy lo mismo que Usted, hijo de Dios!"
La religión volverá a tener su prestigio entre los pueblos si sus predicadores la enseñan así: como fuerza de rebeldía y de igualdad, no como instrumento de opresión.
Predicar la resignación es predicar la esclavitud.
Es necesario, en cambio, predicar la libertad y la justicia.
¡Es el amor el único camino por el que la religión podrá llegar a ver el día de los pueblos!

LAS FORMAS Y LOS PRINCIPIOS 
Yo vivo con mi corazón pegado al corazón de mi pueblo y conozco por eso todos sus latidos.
Yo sé cómo siente, cómo piensa y cómo sufre. No se me escapa que muchas veces ha sido engañado y que en materia religiosa tiene demasiado prejuicios y acepta numerosos errores.
Yo no me siento autorizada para juzgar sobre este trascendente tema.
Mi mensaje está destinado a despertar el alma de los pueblos de su modorra frente a las infinitas formas de la opresión, y una de esas formas es la que utiliza el profundo sentido religioso de los pueblos como instrumento de esclavitud.
El sentimiento religioso debe ser defendido por los pueblos y por eso todas sus deformaciones reclaman una condenación imperdonable.
Yo creo que tanto mal ha hecho a la humanidad los que creen que la religión es una simple colección de formalidades exteriores como aquellos que no ven otra cosa que principios de absoluta rigidez. La religión es para el hombre y no el hombre para la religión, y por eso la religión ha de ser profundamente humana, profundamente popular.
Y para que la religión sea así, profundamente popular; debe volver a ser como antes. Ha de volver a hablar en el lenguaje del corazón que es el lenguaje del pueblo, olvidándose de los ritos excesivos y de las complicaciones teológicas también excesivas.
Cuando al pueblo se le habla con sencillez y con amor; acepta la verdad que se le ofrece. Y con más fe todavía si se le predica con el ejemplo.
Desgraciadamente nuestro pueblo, y acaso todos los pueblos de la tierra, sólo han visto demasiado interés en los predicadores de la fe y acaso por eso mismo, les han cerrado el corazón.

LOS PUEBLOS Y DIOS
Muchas veces, en estos años de mi vida, he pensado qué lejos estaban ciertos predicadores y apóstoles de la religión del corazón del pueblo... porque la frialdad y el egoísmo de sus almas no podían contagiar a nadie ni sembrar en las almas el ardor de la fe, que es fuego ardiente.
Yo sé -y lo declaro con todas las fuerzas de mi espíritu- que los pueblos tienen sed de Dios.
Y sé también como trabajan sacerdotes humildes en apagar aquella sed. Mi acusación no va dirigida contra éstos, sino contra quienes por egoísmo, por vanidad por soberbia, por interés o por cualquier otra razón indigna a la causa que dicen defender, alejan a los pueblos de la verdad, cerrándoles el camino de Dios.
Dios les exigirá algún día la cuenta precisa y meticulosa de sus traiciones con mucho más severidad que a quienes, con menos teología, pero con más amor; nos decidimos a darlo todo por el pueblo. Con toda el alma, con todo el corazón.

Eva Duarte de Perón, 1952

"Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová."
Jeremías 9.23-24

domingo, 8 de julio de 2012

¿Quiénes sostienen a los líderes de la iglesia?


Estando en Córdoba Capital en enero del 2010, cuando apreciaba la majestuosidad de la Iglesia de los Capuchinos, me inquietó un  interrogante ¿quiénes sostienen a los líderes de la iglesia? Y no hablo de sostén económico... únicamente.