domingo, 26 de julio de 2020

ELLA DEL 19, MI VIEJO DEL 23.



Ella nacida en el 19, él nacido en el 23. Evita le llevaba a mi viejo casi cuatro años (por pocos días no eran cuatro).  Ella nacida en Los Toldos, criada en el campo, actriz y luego primera dama ya que –como todos sabemos- era la esposa de Juan Domingo Perón. Hasta allí primero María Eva Duarte, luego Eva Perón y después Evita como le decimos todos.

Mi viejo nacido en Buenos Aires, porteño, del Barrio de La Paternal, vivió de conventillo en conventillo durante su infancia y juventud. Cada tantos meses (debido a lo caro del valor de la pieza que alquilaban) venía el carro que (previo pago correspondiente) cargaba todas las cosas y recorría las calles de tierra o tal vez adoquinados, hasta llegar al nuevo destino. Siempre de este lado del Arroyo Maldonado –como un día me dijo mientras estábamos parados en Plaza Irlanda- siempre a varias cuadras del arroyo por la costumbre del mismo de salirse de su cauce y correr buscando aventuras en las casas cercanas.

Recuerdo aquí que no hace muchos años conocí a través de una interpretación artística “la marcha de las escobas”. Las mujeres salieron a las calles a barrer las injusticias, debido al fortísimo aumento de los valores de los alquileres que cobraban los conventillos de la ciudad.  La primera huelga de inquilinos que se conoce en nuestro país -allá por 1907- no eliminó esta desproporción entre salarios y valor del alquiler. No conocía “la marcha de las escobas”; conocía la desproporción mencionada, conforme lo que me contó mi viejo.

Allá por el 47, los acontecimientos políticos llevaron al dictado de una ley trascendental. La ley 13010 de “Voto Femenino” del 9 de septiembre. Esta ley provocó que esas vidas que hasta ese momento eran paralelas un día se cruzaran. Paralelas es una forma de decir porque la vida de Evita se hizo transversal a todas las argentinas y los argentinos. Se les metió adentro, para ser odiada o para ser amada, como lo fue también el peronismo desde su origen. Nadie podía estar fuera de los influjos de su persona, de sus discursos, de su acción.

Mi viejo fue militar desde joven, en donde hizo tareas de oficinista en reclutamiento de quienes iban a hacer el servicio militar obligatorio. En vez de hacer la colimba, ingresó al Ejército y de tal forma tenía un trabajo y un ingreso económico. Luego de haber estado varios años en Casilda y Rosario volvió a Bs Aires y debido a su nivel educativo (había finalizado el secundario en esos tiempos donde no era tan normal ello) lo destinaron a colaborar en el enrolamiento de mujeres en una oficina sita en la actual Scalabrini Ortiz y Santa Fe.

Un día el oficial a cargo le dice “mañana no te venís vestido así” (señalándole el uniforme) Mi viejo le entendió inmediatamente, pero haciéndose el desentendido le dijo “y de que otra forma me visto”. No te hagas el vivo le contestaron. Inmediatamente le dice “Vas a ir a la Fundación” él dice “¿qué Fundación?”. Otra vez “no te hagas el vivo” ya que todos sabían que era la Fundación Eva Perón. Vas a ir a ver a la Señora… ¿qué Señora dice?, aunque sabía que se trataba de Eva Perón y ya no le responden. Por supuesto, la señora también debía enrolarse.

El día siguiente va a la Fundación y le hacen esperar un rato. Luego un edecán le hace pasar y se produce el encuentro. Nunca charlé de la noche anterior con mi viejo, pero me imagino que debe haber pensado muchas cosas para decir en esa oportunidad. Sino decime ¿Qué le dirías vos a Evita si la tuvieras hoy por delante? Toda una noche tuvo para pensarlo.

Lo hacen pasar, se acerca a Evita y Evita se acerca a él.  Ya junto a mi viejo -un joven de apenas unos años menos que ella- y dándole una fuerte palmada en el hombro le dice “Qué haces pibe, ¿me venís a pintar los dedos?” El impacto (no del golpe en el hombro, sino el impacto emocional por la forma de dirigirse a él) lo dejó mudo…, sin palabras… le pintó los dedos, hizo lo que tenía que hacer y se fue.

Ese fue el único cruce en persona de estas dos vidas paralelas. Pero como dije antes los cruces fueron muchos más, porque Evita se metió en la vida de todos los argentinos. Para amarla o para odiarla. Recuerdo que muchas veces el viejo nos contaba cómo se enteraron en San Miguel del fallecimiento de Evita. Resulta que una de mis tías –todavía soltera en esa época- vino a quedarse a dormir en la casa de los viejos y se fueron juntos al cine, al famoso Cine que si la memoria no me falla se encontraba en León Gallardo, entre Belgrano y Charlone. Cine Mayo si mal no recuerdo. En medio de la película la cortan y anuncian que Evita había fallecido. (La Señora ha partido a la inmortalidad… como decían en esa época) Vuelven a casa y el viejo les dice a mi vieja y a la tía “no se preocupen si escuchan ruido a la noche, porque seguramente me van a mandar llamar” y así fue. Golpearon la persiana a la noche –no se olviden que en esa época era militar- y partió hacia la ceremonia fúnebre.   

Desde chico escuché en casa que cuando mi viejo se inclinaba pendularmente al odio, mi vieja le decía “acordate papi que mi papá por primera vez cobro un aguinaldo y tuvo vacaciones con las leyes de Perón y que la única vez que podíamos comer algo distinto, o comprarnos algo de ropa, fue desde que gobernó Perón” y se acababa todo debate. Mi viejo era más fluctuante en su posición política. Debido a su trabajo como contador y asesor de empresas era muy permeable al mensaje de la centro-derecha. Mi mamá nunca dijo ser peronista (o no lo recuerdo) Yo los incitaba desde muy chico a que compartieran conmigo posiciones políticas y comentarios. Bueno… allí –muy claro me acuerdo- que cuando se llegaba a callejones sin salida de contraposición de posiciones aparecía la frase mencionada, mi viejo asentía y se callaba. Y se terminaba el debate. Su vida (la de Evita) claramente no fue paralela a la de mi familia. Creo que no fue paralela a la vida de ninguna familia argentina.






martes, 22 de octubre de 2019

Chile reclama un nuevo acuerdo social


Ante la gravedad y profundidad de la crisis que está atravesando Chile, la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable adhiere a la reciente Declaración formulada por 300 organizaciones de la Sociedad Civil y cuyo texto es el siguiente:

"Chile reclama un nuevo acuerdo social. La actual crisis de nuestra democracia ha sido gatillada por un modelo que logra generar riqueza, pero que distribuye inequitativamente sus frutos. Adicionalmente existe una profunda desconfianza ciudadana hacia todas las instituciones y entre nosotros/as mismos/as. Esta es la crisis social y política más relevante desde la vuelta a la democracia.

Como Sociedad Civil hemos alertado insistentemente al mundo político y empresarial de las graves condiciones de desigualdad económica, de género, de dignidad y de trato, de la escasez de espacios de participación y de una intolerable acumulación inmerecida de desventajas en esos millones de compatriotas. Hasta aquí no hemos obtenido una respuesta maciza del mundo político ni del mundo empresarial. Hoy sentimos impotencia y frustración porque también hemos fallado en nuestra tarea.

Frente a esta crisis, un grupo de hombres y mujeres representantes de más de 300 organizaciones de la sociedad civil nos ponemos al servicio de la construcción de un nuevo y necesario acuerdo social. Estamos convencidos/as de que los interlocutores de siempre hoy son totalmente insuficientes y por ello abrimos las puertas de nuestras organizaciones para un diálogo democrático que logre poner los dolores de Chile al centro de la discusión pública. Lo hacemos desde el trabajo con cientos/as de miles que forman parte de ese Chile que jamás ha sido escuchado. Ofrecemos, humildemente, nuestro despliegue territorial, nuestro contacto permanente con dirigentes/as a lo largo del país para ser parte de un diálogo con la necesaria simetría que requiere esta crisis que lleva ya demasiado tiempo entre nosotros.

Como sociedad civil invitamos y emplazamos a todas las autoridades, a sumarse a un diálogo, sin simulaciones, con la disposición de alcanzar transformaciones profundas capaces de incluir a esos/esas millones que hoy manifiestan su indignación. Solo de este modo, alcanzaremos la anhelada paz social que Chile requiere."

sábado, 1 de diciembre de 2018

REGATEANDO EN MARRUECOS






Estando en Buenos Aires, rescaté entre algunos papeles -mitad impresos, mitad garabateados- estas líneas escritas en Tanger (Marruecos) el 2 de junio de 2017. Sólo como referencia en ese momento el Euro estaba a un poquito más que $ 19.- y hoy está a más de $ 40.- (Pesos Argentinos)








“Nada tiene precio”. La repetida frase que me venía diciendo Márika desde algunas localidades del sur de España, agregando “estas vidrieras no tienen ningún precio” alcanzó su punto máximo -su apogeo- aquí en Tanger. Los hoteles de tres o cuatro estrellas si tienen precios. Sus restaurantes ofrecen un menú contenido en una carta en francés y árabe con el precio en Dinhams, a veces también en Euros. Si pagas con Euros el vuelto es íntegro en Dinhams, ganando ellos una pequeña diferencia en el cambio (Un Euro vale algo así como 9,90 Dinhams, pero siempre te lo cambian en una equivalencia respecto del Euro distinta, sólo el Free Shopps del Aeropuerto aceptan darte vuelto con Euros o pagar parcialmente con Dirhams y parte con Euros)



En el resto de Tanger y Assilah (las dos ciudades donde estuvimos) y suponemos en todo el país la casi totalidad de operaciones se hace sobre una discusión y regateo entre vendedor y comprador. Estuvimos en la caótica Medina de Tanger, en el Mercado Central de Pescados y muchos otros lugares donde late el comercio.

Callejuelas atestadas de pequeños comercios y muchísimos vendedores, así como algunos buscavidas que sin darte cuenta entablan conversación con vos y terminan siendo tu guía por todo el lugar. Nosotros así conocimos a Abdul, quién ofreciéndonos llevarnos a un local de “artesanías de las mejores” nos hizo recorrer negocios de venta de túnicas, ropa local, puestos de distintos elementos, de alimentos, de artículos de uso hogareño propios del lugar, cerámicas; llegando hasta el final a conocer una farmacia de especias (de uso medicinal, para limpieza y cuidado corporal y para sazonar alimentos)




En todos los lugares la misma historia. Te ofrecen, te hacen ver, te hacen tocar. Toma, toma, te repiten y ya está en tu mano. “No comprar, no comprar” te dicen. Pero ya está en tu mano y entonces te dicen “No te hagas problema, muy poca plata” o “quiero que después de esto seamos amigos, que te vayas contento” y ya está… 20 uros (casi sin pronunciar la e) o 10 uros. ¿Muy caro? ¿Cuánto pagas vos?  No entienden ninguna gentileza para decirles no… cualquier sonrisa o mirada amable es entendida como que continúas la negociación.  Así compré una camisa de primera marca, de fabricación alemana, en 6 euros; y pagué dos láminas de pinturas de puertas de la Medina en 10 euros mientras que luego me comentó Abdul que el vendedor esperaba que yo le peleara un poco más y pagara la mitad por las dos láminas. Creí que había sacado ventaja porque en el tira y afloje había bajado el precio a la mitad y agregó dos miniaturas de la misma pintora.






Luego de recorrer la –para nosotros- caótica Medina, llegamos al negocio de artesanías y Márika le dice “al final llegamos, este es tu negocio”…”No señora, Abdul es pobre, no tiene negocio, Abdul tiene un Dios (mientras señalaba con una de sus manos al cielo)…” Poco después el cierre de la recorrida, momento en el cual Abdul nos recuerda lo que estuvimos juntos y la necesidad de una propina para dar de comer a sus cinco hijos. Abdul desapareció tan rápido como había llegado y nosotros seguimos nuestro camino.








A la fecha de publicación del presente (Junio/17 a Diciembre 18 un año y medio) podemos revisar las cotizaciones contra el Euro y ver que resultado nos da:
El Dinhams Marroquí pasó de valer 9,90 por Euro a valer 10,78 por Euro (con una pérdida de valor de 8,88 %)
Nuestro Peso Argentino pasó de valer 19,432 por Euro a 44,088 por Euro ( una devaluación, una pérdida de valor del 126,88 %)




miércoles, 21 de noviembre de 2018

MI PRIMERA IMPRESIÓN.


En Estambul, Turquía. 9/11/18.

Algo me anticipaba el vuelo en Turkish Airlines desde Budapest a Estambul… un viaje en una buena aerolínea, un moderno avión, amplio espacio para el equipaje en la cabina, excelente atención del personal de vuelo y un servicio de comida muy bueno para un viaje tan corto. Almuerzo con una bandeja de ensalada, un sándwich bien armado, bebida, postre… lo que consumimos en casi su totalidad aunque habíamos picado algo en el Aeropuerto de salida. ¿Quién iba a pensar en este servicio para un viaje tan corto? Sólo una hora cuarenta y cinco. En las pantallas individuales películas, música y por supuesto el consabido plan de vuelo. Pero en medio de esta modernidad y tecnología a disposición aparece en nuestras pantallas junto al plan de vuelo la dirección a la Mecca y los horarios de los rezos musulmanes. Horarios de Budapest y horario de Estambul.




















Salimos de Budapest y debimos pasar por migraciones para el sellado del pasaporte, por la particular situación que pasó y pasa Turquía en la Unión Europea. Llegamos a Estambul y la primera impresión fue estar en un mundo distinto, estando aún en Europa. La fisonomía, el corte del rostro de la mayoría de los hombres denuncia su origen, pero además cientos de mujeres con su rostro casi escondido bajo su túnica y personas de raza negra. Estos grupos de personas los podemos encontrar en otras ciudades del viejo continente, pero aquí los vemos con particularidades culturales distintas, sin haber una incorporación tan notable a la las pautas culturales preponderante en la casi totalidad del resto de Europa. (O de la Europa referenciada y conocida por nosotros) Nos adentramos en una marea humana que bajaban de decenas de aviones todos de la aerolínea de bandera turca e hicimos una cola de más de una hora para pasar nuevamente por migraciones (había por lo menos 30 ventanillas habilitadas, y era un trámite muy rápido, cuando había dificultad con algún pasajero y su pasaporte inmediatamente llamaban a un supervisor, este venía y la persona salía de la cola para que siguieran atendiendo y le resolvían el problema aparte; pero los miles de pasajeros provocaban esta demora) Ya afuera, una multitud de taxis, transfers y demás nos sumergió en la vorágine de esta ciudad.

Transfer, autopista a orillas del Mar de Mármara, y recorrer los kilómetros que nos separan de nuestro hotel (ya casi anocheciendo) pasando por una zona muy moderna donde están presentes las grandes cadenas hoteleras de todo el mundo, grandes edificios, parques y grandes carteles luminosos. Autopistas que surcan la zona y vehículos modernos.

Elegimos un hotel en la zona vieja, a cinco minutos caminando del Gran Bazar y diez minutos caminando de la Mezquita Azul, bien el centro de esta zona vieja; con las dudas que te provoca la compra a ciegas en internet (sólo ves algunas fotos y lees lo que ellos mismos dicen de su servicio; aunque hay comentarios de otros pasajeros que están disponibles) Los últimos minutos del viaje hasta el hotel cambió rotundamente la zona. 




Entramos por pequeñas callejuelas donde había acumulación de basura, papeles en las calles, callecitas sin cordones ni veredas, de construcción antigua y deficiente, con gente caminando o trabajando en la calle, negocios de los más diversos muy deteriorados, paredes descascaradas y la mezcla de algunas construcciones y edificios muy antiguos con significación histórica y religiosa y otros también viejos edificios abandonados o deteriorados. Mucha gente que va y viene en las calles, de todos los estratos sociales, pero mayoritariamente parecen sectores medios (si es que existen) o pobres. Dejamos nuestras valijas, hicimos el check in y salimos a comer. Ya eran las 11 pm. 



Caminamos por esta calle llena de roturas y desniveles y en los trescientos metros que hicimos hasta el restaurante al que íbamos encontramos verdulerías abiertas, talleres textiles y de zapatos en los cuales a esa hora seguían trabajando, y mucha actividad comercial y laboral pensando en el horario. Los talleres textiles se ven como pequeños pasillos o escaleras que acceden a sótanos donde están las maquinarias casi apiladas una sobre otra y casi sin lugar.  Lo mismo pasa con pequeños talleres de zapatos. Coches por una de las arterias que cruzamos que van y vienen. Muchos de ellos con muchos años encima estacionados en las calles junto a la pared. Al llegar al restaurante nos dimos cuenta que no era sólo un restaurante sino una zona, una plazoleta con una decena de restaurantes uno al lado del otra. En todos ellos músicos que se superponían entre sí, varios mozos y miles de personas realizando las más diversas actividades, un reino de buscavidas. Todos trabajando, todos corriendo, todos caminando, todos en movimiento.



Ya finalizó el segundo día de estadía en Estambul y fuimos construyendo otras impresiones alrededor de esta primera impresión. Los cánticos desde las mezquitas que rodean el Hotel a las cinco de la mañana, la recorrida y compras en el Gran Bazar, las conversaciones con quienes atienden comercios o negocios de comida, los atuendos y vestimentas –no sólo de las mujeres con su cabellera tapada sino de muchos hombres con vestimentas típicas- todos eso nos hace pensar en un lugar con dos caras, con dos facetas claras; pero ubicadas en distintas zonas y personas. Una la modernidad que nos invade y occidentaliza, y otra que viene desde hace muchos siglos, del fondo de los tiempos.








jueves, 29 de octubre de 2015

LOS CURAS EN OPCIÓN POR LOS POBRES CONVOCÓ A "NO VOTAR POR EL LIBERALISMO" Y DESTACÓ EL KIRCHERISMO

BABEL DIGITAL - Viernes 11 de Octubre de 2013
Elecciones 2013
Los Curas en opción por los pobres convocó a "no votar por el liberalismo" y destacó al Kirchenrismo
El grupo de Curas en la opción por los pobres pidió que para las elecciones “escuche propuestas y no sloganes pegadizos y agradables, pero vacíos de contenido”. “Los cristianos no podemos votar proyectos basados en el liberalismo económico”, expresaron.  
En la web oficial del grupo de los curas en opción por los pobres figura el documento oficial de cara a las elecciones del 27 de octubre. En este sentido, en el texto, los sacerdotes destacaron los avances sociales durante los gobiernos kirchneristas. Asignación Universal por Hijo, crecimiento de la producción y el empleo o los planes Conectar Igualdad o Pro.Cre.Ar, fueron algunos de los puntos reconocidos. 


No obstante, agregaron las asignaturas pendientes en la coyuntura actual y, al respecto, señalaron a la inflación y a la mejora en la distribución de la renta y de la movilidad social. 

 “En política se eligen `proyectos´, es decir, propuestas del país que queremos, y los medios para lograrlo. Como grupo de curas, no imaginamos ni queremos un proyecto que no pretenda ser cada vez más inclusivo, en el que los pobres sean no solamente destinatarios de buenas políticas sino verdaderos protagonistas”, indicaron, en uno de los párrafos. 

En igual camino argumentativo, los sacerdotes de la iglesia católica nucleados en este movimiento explicaron que en un “proyecto se tiene en cuenta de dónde se viene, en dónde se está y hacia dónde se quiere ir”. 

“Invitamos a todas y todos a recordar las consecuencias funestas del neoliberalismo de los 90, continuación de lo empezado en la dictadura cívico-militar, y alertamos ante los intentos visibles o encubiertos que pretenden que volvamos a esa `noche oscura´. No hace falta demasiada memoria para recordar cómo ese proyecto hundió el país y provocó hambre, desocupación, injusticia, desigualdades y muerte”, observaron. 

Finalmente, y entre muchos otros tramos de la nota publicada, el grupo de Curas en opción por los pobres aseveró que “como creyentes cristianos no pueden olvidar la Doctrina Social de la Iglesia a la hora de decidir un voto”. “Y -añadieron- en estos valores podemos coincidir también con muchos no cristianos o no creyentes de nuestra patria. No podemos pensar en votar proyectos basados en la autodenominada ortodoxia económica del libre mercado. El proyecto económico liberal se opone a la mirada cristiana, ya que la libre competencia y la acumulación de lucro se convierten en absolutos en pos de los cuales”, consignaron. (Redacción de Babel)



A continuación se reproduce textual el comunicado de los Curas en opción por los pobres: 

Mensaje a la sociedad argentina con motivo de las próximas elecciones legislativas del 27 de octubre
En nuestro pasado encuentro nacional de curas, en agosto, hicimos llegar a la sociedad un mensaje con motivo de los 30 años de democracia. Celebrando una nueva jornada electoral el próximo 27 de octubre, quisiéramos invitar –en ese mismo marco- a nuestras hermanas y hermanos argentinos a reflexionar juntos:
 
En política se eligen “proyectos”, es decir, propuestas del país que queremos, y los medios para lograrlo. Como grupo de curas, no imaginamos ni queremos un proyecto que no pretenda ser cada vez más inclusivo, en el que los pobres sean no solamente destinatarios de buenas políticas sino verdaderos protagonistas.
 
En un “proyecto” se tiene en cuenta de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Invitamos a todas y todos a recordar las consecuencias funestas del neoliberalismo de los 90, continuación de lo empezado en la dictadura cívico-militar, y alertamos ante los intentos visibles o encubiertos que pretenden que volvamos a esa “noche oscura”. No hace falta demasiada memoria para recordar cómo ese proyecto hundió el país y provocó hambre, desocupación, injusticia, desigualdades y muerte.
 
Reconocemos muchos logros en nuestro momento presente, como la recuperación de la producción y el empleo, el mejoramiento de los principales indicadores sociales; la discusión del salario en paritarias; la Asignación Universal por Hijo y madres embarazadas; el plan Conectar Igualdad y el plan ProCreAr; una más justa movilidad jubilatoria, y la recuperación de la jubilación solidaria; el lugar dado a la Educación y la importancia que las escuelas primarias y secundarias tienen a lo largo y ancho del país: en 10 años se sextuplicó el presupuesto educativo y se crearon nueve universidades públicas y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; la mayor presencia del Estado en inversiones para beneficio público y control de la actividad privada o en la re-estatización de algunos servicios, ya que las empresas deben servir a un proyecto de país y no a los arbitrios del capital.
 
Sabemos que falta mucho todavía. Observamos limitaciones en lo referido a la desvalorización del poder adquisitivo del salario afectado por la inflación y la necesidad de una más justa distribución de la renta y la movilidad social ascendente que siga disminuyendo los niveles de pobreza; la incidencia negativa del empleo no registrado, aun cuando se ha reducido significativamente desde fines de 2003; el acceso a la vivienda y la tierra como derechos constitucionales por encima de las imposiciones del mercado.
 
Como creyentes cristianos que somos no podemos olvidar la Doctrina Social de la Iglesia a la hora de decidir un voto.  Y en estos valores podemos coincidir también con muchos no cristianos o no creyentes de nuestra patria. No podemos pensar en votar proyectos basados en la autodenominada ortodoxia económica del libre mercado. El proyecto económico liberal se opone a la mirada cristiana, ya que la libre competencia y la acumulación de lucro se convierten en absolutos en pos de los cuales “se sacrifica todo, acentuando la desigualdad y la marginación de las grandes mayorías” (Puebla 194).  Un proyecto inclusivo no consiste en dar migajas a los pobres, porque “no se trata sólo de dar lo superfluo a quien está necesitado, sino de ayudar a pueblos enteros -que están excluidos o marginados- a que entren en el círculo del desarrollo económico y humano; esto será posible no sólo utilizando lo superfluo que nuestro mundo produce en abundancia, sino cambiando sobre todo los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad” (Centesimus Annus 58). El papa Francisco ha señalado también que “la adoración del antiguo becerro de oro ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y un objetivo verdaderamente humano” (Discurso a los embajadores de Kirguistán, Antigua y Barbuda, Luxemburgo y Botswana, 16/5/2013).
 
Los cristianos no podemos votar proyectos basados en el liberalismo económico que acentúen el individualismo y la primacía de la ganancia personal. Hemos de fijar la mirada en proyectos colectivos e inclusivos, con fuerte presencia del Estado como garante de lo público y regulador de la igualdad de oportunidades desde la justicia social y el bien común, ya que la propiedad privada no es un dogma intocable, debe tener un sano límite impuesto por la necesidad de todos. Dice el Concilio Vaticano II que “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para el uso de todo el género humano. Por consiguiente, los bienes creados deben llegar a todos de una manera equitativa, dirigida por la justicia y acompañada por la caridad” (Gaudium et Spes 69). La propiedad privada es un derecho  secundario, el único derecho natural primario es el destino universal de los bienes. Para Jesús de Nazaret la acumulación de ganancia no puede ser un fin en sí mismo, los bienes deben circular, y la economía no puede estar desconectada de la sociedad: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; ¿y para quien será lo que has acumulado?" (Lc 12,20)

Sabemos que en una campaña electoral muchos candidatos y candidatas intentan convencer al público que resolverán todos los problemas (apoyados por asesores de imagen venidos del ámbito del marketing publicitario que venden tanto electrodomésticos como personas), pero son en realidad globos inflados sin sustancia o sin proyecto visible y público. Invitamos a nuestros hermanos y hermanas a escuchar propuestas y no slogans pegadizos y agradables a los oídos pero vacíos de contenido como cuando se habla livianamente de la "inseguridad" o de "la plata de los jubilados". Recordando que estas elecciones definen cargos legislativos y no ejecutivos, alentamos a los candidatos a expresar a la sociedad sus ideales, sus proyectos y el modelo de país que defienden. Debemos exigir como ciudadanos que los candidatos propuestos digan clara y explícitamente qué van a hacer, cómo lo van a hacer, y con qué recursos, y que –escuchando atentamente- sepamos elegir la propuesta que según nuestro criterio, mejor defienda a los pobres. Si bien es cierto que la corrupción y la deshonestidad pueden opacar las buenas ideas e incluso frustrarlas y se debe trabajar para erradicarlas, tampoco podemos caer en la tentación -inducida por muchos- de desestimar el decisivo valor de la política como herramienta necesaria para construir futuro. Si se imponen conceptos con cierto fundamento en la realidad pero superficiales) tales como “los políticos son todos corruptos”, estaremos abonando el terreno para las ideas autoritarias, economicistas, antipopulares y antidemocráticas.
 
Deseamos fervientemente una jornada electoral desarrollada como fiesta democrática, en armonía y en paz, sin menospreciar la enorme alegría de vivir en libertad para expresar nuestras ideas y convicciones políticas a través del voto.

lunes, 29 de junio de 2015

DOS RELATOS PARALELOS













Cuantos prejuicios. ¿Y si fueran realmente comunistas? ¿Cuál sería el problema?   Pero desde hace muchos años vivimos bajo la sombra del macartismo, de usar el mote de comunista para estigmatizar. Por eso hoy les paso estas dos historias. Una publicada en los medios en estos días. Otra, un relato escrito por mí,  tratando de rescatar del olvido lo que escuchaba  en mi casa cuando era muy chico. 


Hoy llenaré un vacío en mi corazón”

















DOS DE MAYO (CORRESPONSALÍA).  Hoy es un sábado especial para Halina (Elena) Borisiuk viuda de Mikitiuk (78). La comunidad educativa de la Escuela Provincial 410 de Dos de Mayo –casualmente llamada Antonio Berutti- le permite cumplir su más largo sueño. A las 9.30 –junto a los chicos del Kilómetro 1244 de ruta nacional 14- cumplirá su promesa de lealtad a la bandera. La directora Gladys Prestes dijo a El Territorio: “Es una honra para nosotros, y compartir su alegría un deber innegable”.

Asunto pendiente
Cuando la dama de esta historia tenía 8 años (1945) no pudo jurar lealtad a la bandera. “Vivíamos en Colonia Seguín en Campo Viera. Concurríamos a la escuela 105. Tarea sagrada. Íbamos descalzos y nos lavábamos los pies para entrar al aula. Por entonces ayudábamos a papá en el vivero del tabaco y cosechando verdura de la huerta familiar. Yo vine de Ucrania con tres meses y vivimos fugazmente en Brasil, luego vinimos a la Argentina; nos encontrábamos en pleno proceso de ambientación y resultaba emocionante y significativo jurar al símbolo de la nueva patria. Pero tres días antes, la directora nos llamó a cuatro chicos a su escritorio. Nos dijo que no podíamos jurar porque ‘nuestras familias eran todas comunistas’, ninguna otra explicación y fuimos separados de las filas de los promesantes. Nos dolió muchísimo”, recordó la mujer.
“Nuestros padres habían tenido la idea que contratar a un maestro ruso recién llegado a la zona para repasar idiomas, especialmente lectoescritura para seguir escribiéndonos con muchos familiares que habían quedado del otro lado del mar. En uno de los recreos los chicos discutieron algunas curiosidades del alfabeto, la maestra paró la oreja y se enteró pasándole el dato a la directora María Elisa Fragueiro de Riobó, quien tomó esa drástica determinación de prohibirnos no sólo la jura sino recitar poesía patriótica y hasta cantar el himno. Ni pasar a la bandera. Lloramos de pena, fue el peor castigo”, rememoró sobre uno de los días más tristes de su existencia. Halina se sintió discriminada.
En plena juventud, su familia mudó a Picada Pomar, camino a Pueblo Illia, en Dos de Mayo, y se integró a los vecinos del lugar: descendientes de alemanes, japoneses, ucranianos. “Nuestra primera casita fue un ranchito techado de cáscaras de árboles, me casé y vinieron los primeros hijos. No había partera, las mujeres del monte nos atendíamos unas a otras, nos lavábamos la ropa, cuidábamos hijos de quien estaba mal, compartíamos la comida. Eso era solidaridad. Todo se hacía juntos: la siembra, las carpidas, las cosechas, la carneada de chanchos, una gran familia. Cada Día de la Bandera a mí me renacía el dolor de vivir tan cómodos bajo un cielo azul y blanco como la bandera a la que no me permitieron rendir tributo”.
Hoy Halina vive en la misma chacra donde creció con toda su familia, aún después del accidente que se llevó la vida de su esposo y un hijo.

La patria que la cobijó
“Esa anécdota yo solía contarles a mis hijos. Jurar la bandera me parecía algo obligatorio, nosotros cinco no fuimos admitidos sólo por estudiar ruso. Fuimos discriminados, un sinsentido. Hoy llenaré un vacío en mi corazón. Poder ostentar legítimamente el símbolo de la patria que me cobijó, donde convivo y comparto mi trabajo de mujer chacrera, conviva con gente noble, distendida, en una sociedad plural. Como una mujer sacrificada pero también feliz de esta comunidad llamada Argentina. Desde hoy estaré más tranquila con mi conciencia, le prometeré lo que ya le cumplí en buena parte: trabajar por su grandeza, darle mis hijos y descendientes y mis sueños y alegrías”, finalizó desbordante de emoción.


UN LIBRO QUE TE HACE COMUNISTA.

Estaban juntos en el café, recuperándose de la fatigosa jornada. Todos choferes de los colectivos conocida como la “Constitución Botánica”. Todos se parecían. Fumando o conversando desesperanzadamente sobre cosas de aún menor importancia que las trivialidades; o solamente con la  mente en blanco, en la nada, en la espera. Reinaba la resignación. Esperan la hora para irse a esos  viejos conventillos donde cada familia alquilaba un cuarto para padre, madre e hijos. Cocinita en el patio y baño común. Y al otro día volver, así por años y años.

Sólo uno parecía distinto, estaba leyendo un libro sobre electricidad y electrónica. No necesitó de un Judas –aunque lo hubo- que entrara y lo besara. Su libro lo marcaba. Estaba aprendiendo un oficio que lo sacara de la rutina del largo recorrido diario que al final del día sólo le acercaba al lugar de inicio.

Cuando llegó la policía, fueron directamente contra él. Sus compañeros –resignados como siempre- se corrieron; mientras que sin entender porqué, fue llevado a la comisaría.




















Mi abuelo nació en 1893, durante mucho tiempo supuse que recién iniciaba su juventud cuando fue detenido. La fecha, cuanto estuvo preso y las demás circunstancias de hecho nunca las supe. Presumí que posiblemente fue unos años después, allá por la década del veinte, ya estando casado. Me imaginaba a mi abuela Ángela -con un niño muy pequeño y un bebé- intercediendo por el detenido ante su familia para que hablaran con algún jefe de Policía conocido de ellos. Lo que le debe haber costado; mi abuelo Tomás nunca fue aceptado por su familia (él era de origen muy humilde y ella hija de acomodados carniceros de Recoleta) Algo me hizo suponer que era muy posible que así hubiera ocurrido. Mi abuelo recuperó su libertad rápidamente.

Debido a mi afición a garabatear este tipo de historias, mi padre se enteró de mis suposiciones y las corrigió con sus recuerdos. El hecho sucedió cuando el niño muy pequeño antes mencionado –mi padre- estaba cursando la primaria. Sí, resultó ser como supuse por muchos años, mi abuela Ángela les pidió a sus hermanos que intercedieran ante algunos comisarios muy conocidos de ellos.  Los  recuerdos de mi padre fueron impiadosos para con sus tíos y no me dejaron margen a mi fantasía. La razón por la cual  eran tan conocidos de algunos comisarios, era por su dedicación a los números. No eran profesores de matemáticas, sino que levantaban quiniela.  

La policía descubrió que él era comunista. Cuando lo interrogaron, claramente se lo dijeron. Sólo un comunista podría estar leyendo un libro de electricidad. Sólo un comunista  podía no estar resignado a volver -día a día- a trabajar en el colectivo. Su ideología política, nunca la supe. Si era comunista, tampoco.  Aunque con la lectura del libro en cuestión, él no quería ser comunista; sólo quería ser electricista.

Muchos años después; en la década del sesenta, en mi casa construimos una dependencia que con el transcurso del tiempo tuvo múltiples usos. Para todos siempre fue “el cuartito”. Recuerdo a mi abuelo Tomás -ya muy mayor- castigado por la enfermedad y completamente ciego, dando instrucciones de cómo pasar los cables para realizar toda la instalación eléctrica. Hacía en la punta de cada cable nudos distintos para distinguirlos. Tocaba cada pieza con sus manos  y dictaminaba su ubicación y como debía conectárselos.

Cuando mi hermano mayor comenzó a incursionar en la electrónica –debía tener no más de catorce años- en casa fabricó una radio a galena, y la hizo con auriculares traídos de la casa de mi abuela. Mi abuelo ya había fallecido. Mi papá nos contó como el abuelo le había enseñado a él a fabricar una. Con una hecha por mi abuelo, escuchó su familia y algunos vecinos la famosa pelea entre Firpo y Dempsey, en el 23.  Por supuesto, siempre escuché hablar de la radio en mi familia, de estas primeras transmisiones y de los famosos radioteatros en la década del veinte y del treinta. Y de las cosas que pasaban cuando los actores que hacían radioteatro, recorrían los barrios de la ciudad actuando estas obras.  Pero eso es parte de otra historia.





martes, 16 de junio de 2015

MIENTRAS TANTO NO DEJES DE DARLE PESCADO

Se me iba el subte y apuré el paso para no perder al que estaba llegando al andén de Catedral. Pero una voz me dijo "te estaba esperando para comer". Esa voz audible, fuerte y clara me frenó. Y allí, sentada en el piso se encontraba esa joven con su bebé. Callada mientras miles pasan al lado de ella esquivándola. Me acerqué y como todos los días que la encuentro le di un billete. "Muchas Gracias caballero" me dijo y escuché por primera vez su voz.
Estaba releyendo en estos días una nota de Bernardo Kliksberg  (“El otro no me importa” Página 12 8/1/15) y en especial me atrapó por los conceptos expuestos y que el subtitula "La descalificación de los apoyos a los pobres"  Habla de la otra cara de la postura de los dueños de los bienes del mundo, de ese uno por ciento que controla la casi totalidad de los bienes del planeta. Ellos buscan desprestigiar sistemáticamente los programas sociales machacando con el concepto "es asistencialismo"
Trajo a mi mente la tan promocionada frase “No hay que darles pescado, hay que enseñarles a pescar” (proverbio chino) y me pregunto:  ¿Y cuando no podemos hacer otra cosa? ¿Y cuando no te queda más por hacer? Además, Jesús no descalifica a los asistencialismos (puros a nuestros ojos) sino que los revaloriza y coloca a los que los practican al nivel de héroes de la misericordia, cuando son hechos por amor. El mismo lo explica en Mateo 25: 37-40 "los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿ó sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿ó desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, ó en la cárcel, y vinimos a ti?  Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis."
Puede ser que quien puede ver todas las cosas en todos sus tiempos y lugares; vea que lo que consideramos asistencialismo, no sea sólo asistencialismo sino también aporte al desarrollo.  ¿O acaso no estás dignificando y resinificando a las personas necesitadas cuando le entregas -por amor- lo que necesita? ¿Es sólo darle un bien o estás dándole tu tiempo, brindándole una comunicación, una sonrisa, un saludo?
Recordaba además una de mis últimas lecturas. La Universidad de Lanús, está reproduciendo la obra gráfica publicada por la Presidencia de la Nación, en el año del Libertador General San Martín (año 1950 - Primera Presidencia de Juan Domingo Perón) El segundo de esos libros (reproduce en forma parcial y por tema el material) es sobre "El Peronismo y la Justicia Social". En su prólogo Ana Jaramillo sostiene que el peronismo "constituyó una etapa donde sus políticas hacen eje en la búsqueda de la redistribución de la riqueza, la asistencia a la pobreza y la ampliación de derechos" y afirma que para "acompañar las progresivas políticas de redistribución del ingreso y asistencia a los hogares más humildes se pone en marcha la ayuda social desde el Estado, sustituyendo la caridad, ya que sostenía Evita que la limosna dada para satisfacción de quien la otorga, deprime y aletarga" Una visión parcial nos podría hacer pensar que estamos sólo frente a asistencialismo.
Es tan importante enseñar a pescar como darle pescado al que no tiene que comer.  Dos acciones necesarias que no son incompatibles entre ellas. Por eso propongo comenzar a sostener que "Enseña a pescar, pero mientras tanto no dejes de darle pescado"